Ser administrador de una empresa no es solo tomar decisiones y mirar balances. Es asumir responsabilidades legales, y aquí viene la parte que a muchos se les olvida (o prefieren ignorar): la ley te obliga a implantar procedimientos y protocolos para prevenir delitos en tu empresa. Sí, el Código Penal habla directamente de ti. Y si no lo haces, tienes un problema serio.
El Código Penal no perdona: si pasa algo, la culpa es tuya
Desde la reforma del Código Penal (Ley Orgánica 1/2015), la cosa está clara: si en tu empresa alguien mete la pata y comete un delito, tú puedes acabar siendo responsable. Y no, no vale eso de “yo no sabía nada” o “fue cosa de un empleado.” Si no has implementado un modelo de prevención de riesgos penales, la ley te considera responsable por omisión, y las consecuencias pueden ir desde multas millonarias hasta, sí, penas de cárcel.
El artículo 31 bis del Código Penal establece que las empresas (y sus administradores) tienen la obligación de adoptar modelos de organización y gestión eficaces para prevenir delitos. Y cuando dice "eficaces", significa que tienen que funcionar de verdad, no solo estar en un documento bonito guardado en un cajón.
Los delitos más comunes en la empresa con repercusión directa en el administrador
Atención que se vienen curvas...
Si piensas que esto no va contigo, echa un vistazo a esta lista de delitos que podrían cometerse dentro de tu empresa sin que te des cuenta, pero que acabarán poniendo tu nombre en el expediente si no tienes implantados los controles adecuados:
Cada uno de estos delitos tiene algo en común: se pueden evitar con procedimientos claros y eficaces. Pero si decides mirar para otro lado, no solo arriesgas la empresa, sino que te arriesgas tú.
No basta con decir que cumples, tienes que demostrarlo
El compliance no es solo un papel que firma todo el mundo el día que entra en la empresa. Tienes que demostrar que funciona. El Código Penal exige que tengas implantado un modelo de prevención real, con:
Análisis de riesgos: Identificar qué delitos pueden ocurrir en tu empresa.
Procedimientos de control: Normas claras para que todo el mundo sepa qué hacer y qué no hacer.
Supervisión continua: Revisar, auditar y corregir antes de que explote una bomba.
Formación a empleados: Si la gente no sabe qué puede y qué no puede hacer, ya tienes un problema.
Canal de denuncias: Porque siempre hay alguien que ve lo que tú no.
Si no tienes todo esto en marcha, prepárate, porque la ley es clara: eres negligente y la responsabilidad caerá sobre ti.
“Mi empresa es pequeña, esto no me afecta” – ERROR
Da igual el tamaño de tu empresa. Si tienes empleados, proveedores o clientes, estás expuesto. De hecho, las pymes son las más vulnerables porque muchas creen que esto solo aplica a las grandes corporaciones. Error. La ley no distingue entre tamaños: si hay delito, hay consecuencias.
Compliance: o lo tienes o lo pagas (y caro)
No implantar un sistema de prevención de delitos es dejar tu empresa a la deriva, esperando que la próxima denuncia, inspección o incidente no sea el que te hunda. Si piensas que el compliance es caro, prueba a pagar una multa de cientos de miles de euros o enfrentarte a un proceso penal.
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