La ruleta rusa del asesor

Diego Davalillo De Luis • 5 de septiembre de 2024

Vamos a ser claros,


ser asesor no es cualquier cosa.


Si eres asesor, ya sabes que tu vida es una carrera constante contra el tiempo. Entre la presentación de impuestos, el cierre de cuentas, las obligaciones laborales, las gestiones con Hacienda y las consultas diarias de tus clientes, vives con el cronómetro pegado al cuello. Ahora, súmale el riesgo de no estar certificado en compliance, y lo que tienes es una bomba de relojería.


Cada mes tienes fechas claves: el IVA trimestral, las retenciones de IRPF, los impuestos de sociedades, las declaraciones de la renta, y así hasta llenar tu calendario con fechas que no perdonan. Y si en medio de todo esto cometes un error por no estar al día con la normativa, las consecuencias no son solo para tu cliente. Te salpican a ti también.


La responsabilidad de ser asesor no es solo llevar números y hacer que cuadren. Tu trabajo es asegurarte de que tus clientes no cometan errores que los pongan en problemas legales.


Pero,


¿qué pasa si ni siquiera tú estás cubierto?


¿Si te falta el conocimiento o la certificación para protegerte tanto a ti como a ellos?


La ley no es indulgente. Un mal paso, un incumplimiento de normativa, o peor, un cliente metido en blanqueo de capitales sin que tú lo sepas, puede arrastrarte a problemas muy serios. Aquí es donde entra en juego el compliance: es lo que te protege, lo que te da la capacidad de cumplir con todas esas obligaciones sin miedo a cometer un error que te cueste caro.


¿Por qué deberías certificarte en compliance?


  1. Evitas perder tiempo y dinero por errores evitables: Sabes lo que tienes que hacer y cómo hacerlo sin arriesgarte. No tendrás que corregir trabajos mal hechos ni vivir con el miedo de que una inspección te coja en falta.

  2. Te blindas ante problemas legales: Un asesor que no está certificado en compliance está expuesto a que, si algo sale mal, pueda ser considerado cooperador necesario en un delito como el blanqueo de capitales. Aunque no lo hayas hecho tú, podrías ser el responsable por no haber detectado la operación. Y eso, amigo, te puede costar mucho más que una multa.

  3. Tienes todas las normativas cubiertas: Sabes que los cambios en la ley no paran, y estar al día te puede ahorrar muchos problemas. La certificación en compliance te obliga a mantenerte actualizado en un entorno legal cada vez más complejo y cambiante.

  4. Reduces tu riesgo y el de tus clientes: No solo es un escudo para ti, sino también para las empresas que confían en ti. Al estar certificado, tus clientes sabrán que tienen a alguien que va más allá de llevarles la contabilidad. Sabrán que están en manos de alguien que puede evitarles problemas mucho más graves.

  5. Mejora tu eficiencia y aumenta tu cartera de clientes: Un asesor certificado en compliance es mucho más atractivo para las empresas. Serás visto como un experto que no solo sabe llevar las cuentas, sino que también protege el negocio. Y sí, eso te permitirá aumentar tus honorarios.

Y lo mejor de todo: te proteges a ti mismo.


Con el volumen de trabajo que ya tienes, con todas esas fechas límite, con clientes que no paran de pedirte cosas a última hora, lo último que necesitas es sumar problemas legales. Sin compliance, estás navegando en aguas peligrosas. Y créeme, cuando te llegue la tormenta, querrás estar preparado.


Entonces, ¿qué te detiene?


Si te tomas en serio tu carrera como asesor y el bienestar de tus clientes, certifícate en compliance.


No solo es una ventaja competitiva,


es la barrera que te separa de los problemas que no quieres enfrentar.


Más información: https://www.dcconsulting.es/asesorisk

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