¿ERES ASESOR? Más vale que lo leas...

Diego Davalillo De Luis • 4 de julio de 2024

Vamos a hablar claro y sin rodeos. Si eres asesor fiscal, contable externo o auditor de cuentas, esta ley te atañe de lleno. No te escondas, que esto es serio.


1. Sujetos obligados: Aquí no se escapa nadie. Si tu trabajo implica ayudar a alguien con sus temas fiscales, eres un sujeto obligado según la ley. Esto significa que tienes que cumplir con una serie de obligaciones muy concretas para evitar que tus servicios se usen para lavar dinero o financiar actividades terroristas. Esto incluye desde identificar y verificar a tus clientes hasta reportar cualquier actividad sospechosa. Si pasas algo por alto, puedes estar en serios problemas.


2. Identificación y verificación: Antes de que empieces a hacer negocios con alguien, tienes que saber con quién te estás metiendo. Nada de aceptar clientes a ciegas. Pide sus documentos, verifica sus identidades y guarda esa información bien guardada. No se trata solo de saber su nombre, sino de entender quiénes son y de dónde viene su dinero. Y ojo, que esto no es solo para empezar; hay que mantener la información actualizada. Si no puedes identificar al cliente adecuadamente, no puedes hacer negocios con él. Punto. La ley es clara: sin identificación y verificación, no hay trato. Además, debes estar atento a cualquier cambio en la información del cliente y actualizarla periódicamente para asegurarte de que sigue siendo válida y relevante.


3. Diligencia debida: No basta con saber quién es tu cliente. Tienes que conocerlo bien, entender qué hace y por qué. Si ves algo raro, aplica medidas adicionales de control. Aquí la norma es simple: más vale prevenir que lamentar. Además, debes monitorear continuamente la relación de negocios. Esto significa revisar regularmente sus actividades y transacciones para asegurarte de que todo esté en orden. Si hay cambios significativos en la situación del cliente, debes actualizar tu información y evaluar nuevamente el riesgo. La diligencia debida no es una tarea puntual, es un proceso continuo que requiere atención constante y un enfoque proactivo para identificar y gestionar riesgos.


4. Comunicación de operaciones sospechosas: Si huele mal, probablemente esté podrido. Cualquier cosa que te haga levantar una ceja debe ser comunicada al Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales. No esperes, no te lo guardes. Comunícalo ya. Si no lo haces y resulta que tu cliente está involucrado en actividades ilícitas, podrías enfrentarte a sanciones graves, incluyendo multas y, en los casos más serios, responsabilidad penal. La ley exige que cualquier indicio de actividad sospechosa sea reportado de inmediato, sin importar la magnitud de la transacción o la relación con el cliente. Es mejor ser cauteloso y reportar, que correr el riesgo de ser cómplice de actividades ilegales.


5. Conservación de documentos: Todo lo que recopiles, guárdalo. Y no hablamos de un par de meses. Aquí hablamos de diez años. Esto incluye documentos de identificación, registros de operaciones y cualquier comunicación relevante. Si una autoridad llama a tu puerta, necesitas tener toda la documentación lista para mostrar. No tener estos documentos puede llevar a sanciones y complicaciones legales. La conservación de documentos es fundamental para garantizar la trazabilidad y la transparencia de todas las operaciones realizadas. Además, debes asegurarte de que los documentos estén bien organizados y accesibles para cualquier revisión o auditoría que pueda surgir.


6. Colaboración con las autoridades: Cuando las autoridades llaman, tú respondes. Proporciona toda la información que te pidan. Colabora, porque no hacerlo puede ser mucho peor. No solo estás legalmente obligado a hacerlo, sino que negarte o retrasarte en proporcionar información puede interpretarse como obstrucción y complicar aún más tu situación legal. La cooperación con las autoridades no solo es una obligación legal, sino también una responsabilidad ética. Al colaborar, demuestras tu compromiso con la integridad y la transparencia en todas tus actividades profesionales.


7. Formación y concienciación: Mantente al día. Las técnicas de blanqueo y financiación del terrorismo evolucionan, y tú no puedes quedarte atrás. Formación continua es la clave. No seas el último en enterarte de las novedades. Necesitas saber reconocer las señales de advertencia y cómo actuar. Invertir en formación no solo protege tu negocio, sino que también te protege a ti de posibles responsabilidades. La formación constante te permitirá estar preparado para identificar y responder adecuadamente a cualquier intento de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo. Además, te ayudará a desarrollar una cultura de cumplimiento dentro de tu organización, lo cual es crucial para mantener una reputación sólida y confiable.


8. Sanciones: Aquí no hay excusas. Si no cumples con estas obligaciones, las sanciones pueden ser severas. Multas, suspensión de tu actividad profesional y, en los casos más graves, incluso la cárcel. Y no hablamos solo de sanciones administrativas. Si no cumples y tu cliente realiza una actividad ilícita, podrías enfrentarte a responsabilidades penales. Las sanciones por incumplimiento de la normativa de prevención del blanqueo de capitales pueden ser devastadoras tanto financiera como profesionalmente. Es esencial que tomes estas obligaciones en serio y te asegures de cumplir con todos los requisitos legales para evitar consecuencias negativas.



La Realidad del asesor: Carga de burocracia y presión constante

Sé que estás harto. Cada vez que abres el correo, parece que hay una nueva normativa o una nueva exigencia que cumplir. La burocracia es agobiante, y la presión constante por parte de las autoridades es desgastante. Estás ahí para ayudar a tus clientes a navegar por el complejo mundo financiero, no para ser un guardián perpetuo de papeles y reglamentos. Pero la realidad es que esta es la carga que los asesores llevan hoy en día.

La buena noticia es que no estás solo en esto. Sabemos que tu tiempo es valioso y que cada minuto que pasas lidiando con burocracia es un minuto que no estás dedicando a tus clientes. Y aquí es donde entramos nosotros.


D&C Consulting tiene la solución

En D&C Consulting, sabemos que cumplir con todas estas obligaciones puede ser abrumador. Pero no tienes que hacerlo solo. Nosotros nos encargamos de todo para que tú, como asesor, puedas dedicarte a lo que mejor sabes hacer: ofrecer el mejor servicio a tus clientes y sentirte protegido.

Gestionamos todo el proceso de cumplimiento normativo, desde la identificación y verificación de clientes hasta la comunicación de operaciones sospechosas y la conservación de documentos. Nos aseguramos de que cada paso se realice de acuerdo con la Ley 10/2010, minimizando la carga administrativa y liberándote de la preocupación constante por el cumplimiento normativo.


¿Cómo lo Hacemos?
  • Automatización de Procesos: Utilizamos tecnología avanzada para automatizar los procesos de identificación y verificación de clientes, asegurando precisión y rapidez.
  • Asesoría Continua: Te mantenemos informado de cualquier cambio en la normativa y te proporcionamos formación continua para que siempre estés al día.
  • Gestión de Documentos: Nos encargamos de la conservación y organización de todos los documentos necesarios, asegurando que estén siempre accesibles y en orden.
  • Reporte Inmediato: Nos ocupamos de la comunicación de cualquier operación sospechosa al SEPBLAC, garantizando que cumplas con tus obligaciones legales sin demoras.

La Ley 10/2010 es clara y estricta. Si eres asesor, tienes que cumplir con cada una de estas obligaciones al pie de la letra. No solo para evitar sanciones, sino para mantener la integridad del sistema financiero y contribuir a una economía segura.


Nuestra Promesa: Con D&C Consulting a tu lado, puedes estar seguro de que estás cumpliendo con la Ley 10/2010 al pie de la letra y protegiendo tu negocio de posibles sanciones.


No te la juegues, hazlo bien, hazlo siempre, y deja que D&C Consulting se encargue del resto.



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