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Maquilla tu negocio, verás que guapo sales en la foto

Diego Davalillo De Luis • 10 de mayo de 2024

El "cosmetic compliance" suena bonito, pero es una trampa mortal. Esos programas que te prometen protección legal con el mínimo esfuerzo son pura fachada. Imagina que compras un coche deportivo brillante, pero cuando te acercas, descubres que es solo una carcasa vacía. No te dejes engañar por las apariencias. Los tribunales no se tragan esos cuentos y las sanciones pueden ser devastadoras. Si estás pensando en hacer las cosas a medias, mejor piénsalo dos veces. Este tipo de programas son como esos anuncios de productos milagrosos: mucho bombo y platillo, pero cuando rascas un poco, te das cuenta de que no hay nada sólido detrás. Aquí no se trata de parecer que cumples, sino de cumplir de verdad. La diferencia puede ser abismal cuando llegan los problemas. Por eso, es fundamental que un profesional te asesore e implemente un verdadero programa de compliance. Un experto en la materia puede identificar correctamente los riesgos y diseñar medidas específicas y efectivas para tu negocio.


Piensa en esto: estos programas superficiales se basan en copiar y pegar políticas de otras empresas sin adaptarse a los riesgos específicos de tu negocio. El resultado es una falsa sensación de seguridad y una bomba de relojeria esperando a estallar. Los jueces y las autoridades no son tontos, y cuando descubran tu juego, las consecuencias serán severas. Es como construir una casa sobre arena: puede que parezca sólida al principio, pero al primer soplo de viento, se desmorona.


¿Realmente quieres arriesgarte a perder todo por ahorrarte el esfuerzo de hacer las cosas bien desde el principio? Necesitas un traje a medida, no uno de esos de talla única.


Cada empresa tiene sus particularidades y riesgos, y no puedes confiar en soluciones genéricas para problemas específicos. Solo un profesional experimentado puede garantizar que tu programa de compliance sea robusto y efectivo.


¿Qué debe tener un verdadero programa de compliance?

Análisis exhaustivo de riesgos. Nada de atajos. Tienes que conocer a fondo los riesgos específicos de tu empresa, y para eso necesitas a verdaderos expertos. No basta con descargar un documento de internet y cambiar el nombre de la empresa. Un análisis superficial no te protegerá cuando las cosas se pongan feas. Es como ir al médico y recibir un diagnóstico sin que te hagan ningún examen: no sirve de nada. La identificación de riesgos debe ser detallada y específica, considerando todos los aspectos y procesos de tu negocio.

Protocolos y procedimientos internos. Deben ser diseñados específicamente para tu negocio. Cada empresa es un mundo y lo que funciona para una, puede no servir para otra. Los protocolos deben estar vivos, ser revisados y actualizados constantemente para adaptarse a la evolución de los riesgos. No puedes simplemente copiar lo que hace tu competencia y esperar que funcione igual de bien para ti. Necesitas un traje a medida, no uno de esos de talla única. Los protocolos deben ser específicos y claros, definiendo responsabilidades y procedimientos precisos para cada situación de riesgo.

Órgano de compliance. No es solo tener a alguien con un título rimbombante, sino un equipo o una persona con verdadera autoridad y recursos para vigilar y mejorar el cumplimiento. Esta persona debe tener acceso directo a la alta dirección y poder real para hacer cambios. Si solo es un títere sin poder, no servirá de nada. Necesitas a alguien que pueda tomar decisiones difíciles y que tenga la fortaleza para implementar cambios necesarios. El órgano de compliance debe ser independiente y tener los recursos necesarios para llevar a cabo sus funciones efectivamente.

Formación continua. No basta con una charla al año. Los empleados deben estar al tanto de los riesgos y de las políticas de la empresa. Deben saber cómo actuar y qué hacer ante cualquier irregularidad. La formación debe ser constante y adaptarse a los cambios en la legislación y en el entorno de la empresa. No es suficiente con un curso online una vez al año, debe ser algo integrado en la cultura empresarial. La formación debe ser práctica y relevante, asegurando que todos los empleados comprendan su papel en el cumplimiento y la prevención de riesgos.


El peligro de no tomarse en serio el compliance

No tener un programa de compliance efectivo es como jugar a la ruleta rusa con tu empresa. Las multas y sanciones son solo la punta del iceberg. La verdadera pérdida viene con el daño a tu reputación, la pérdida de confianza de tus empleados y clientes, y el riesgo de litigios interminables. No es solo una cuestión de cumplir la ley, sino de proteger a tu empresa y a todos los que forman parte de ella. Y recuerda, cuando tu reputación está en juego, las redes sociales pueden ser implacables. Un solo desliz puede costarte años de esfuerzo y dedicación. Los tribunales y la opinión pública no son indulgentes con aquellos que aparentan cumplir mientras en realidad se dedican a parchear problemas. La confianza y la credibilidad son difíciles de recuperar una vez perdidas.


No te la juegues con programas de compliance de mentira. Invertir en un análisis serio y en medidas adecuadas a tu empresa no es un gasto, es una inversión. Cumplir la ley de verdad, y no solo de cara a la galería, es lo que te salvará cuando los problemas lleguen. Y créeme, llegarán. No esperes a que sea demasiado tarde para darte cuenta de que un buen programa de compliance es esencial para la supervivencia de tu negocio.

Así que, ponte manos a la obra. Haz las cosas bien desde el principio y no te dejes engañar por soluciones rápidas y fáciles. Porque cuando llega la tormenta, solo aquellos que han construido sobre cimientos sólidos sobrevivirán. Y tú, ¿has construido sobre roca o sobre arena? La diferencia puede ser la supervivencia de tu empresa. No dejes que un "cosmetic compliance" sea tu ruina.



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